Celta y Atlético empatan en un duelo intenso en Balaídos

El Celta–Atlético en Balaídos arrancó con ritmo y emoción desde el pitido inicial.

El Atlético salió enchufado y no tardó en reflejarlo en el marcador. A los seis minutos ya ganaba gracias a un desafortunado autogol del central sueco del Celta, tras una jugada nacida de un error en la zaga local.

A partir de ahí, el equipo gallego empezó a reaccionar. Poco a poco fue ganando terreno y moviendo la pelota con más criterio, mientras Borja Iglesias tuvo las mejores oportunidades para igualar. Sin embargo, se topó con un Jan Oblak muy seguro, que evitó el empate con dos intervenciones de mucho mérito.

Pero el encuentro cambió de tono mediada la primera parte, cuando Lenglet fue expulsado por doble amarilla. El Atlético tuvo que reorganizarse con un jugador menos, replegó líneas y cedió la iniciativa al Celta, que aprovechó para encerrar a los de Simeone en su campo durante el tramo final.

Pese a los intentos del equipo local, el Atlético se mostró sólido atrás y consiguió mantener su ventaja al descanso.

La segunda parte en Balaídos comenzó con un Celta más intenso, decidido a igualar el marcador desde el inicio. El Atlético, ya con un jugador menos tras la expulsión de Lenglet, optó por replegarse y controlar los espacios, mientras realizaba algunos cambios estratégicos para refrescar al equipo.

Después de veinte minutos sin claras ocasiones, el partido pareció haberse estancado. Sin embargo, todo cambió en una jugada desde la derecha: Borja Iglesias remató a portería tras un centro preciso, pero Oblak detuvo el disparo con una gran intervención. El rechace quedó sobre la línea y apareció Iago Aspas, oportuno, para empujar el balón al fondo de la red.

Tras el empate, el partido se volvió más abierto. Ambos equipos buscaban la iniciativa, pero el Atlético, pese a la inferioridad numérica, se mostró ordenado y compacto en defensa. El Celta mantenía la presión, intentando aprovechar cada oportunidad, mientras los minutos finales prometían tensión y un final emocionante.

Al final, el empate refleja la lucha y el carácter de ambos equipos: un Celta que supo aprovechar sus ocasiones y un Atlético que, pese a la inferioridad numérica, mostró solidez defensiva y orden táctico.