
El conjunto alemán no pudo hacerse fuerte de local pese a comenzar ganando y se va al partido de vuelta con más dudas que certezas, mientras que el Lille se llevó un empate valioso pensando en que cierra la eliminatoria en casa.
El Dortmund no pudo hacerse fuerte de local ante el Lille en lo que fue el partido de ida de los octavos de final de la Champions League y terminó igualando 1-1, que viendo el desarrollo del encuentro fue lo más justo. El conjunto dirigido por Niko Kovac tuvo un buen 1T, en el que además de sacar la ventaja, manejó el ritmo del partido y sufrió poco ante una pálida versión del equipo francés en ataque. En complemento vimos una historia totalmente diferente, en la cual los de Bruno Génésio mejoraron, logaron el empate y hasta pudieron ganarlo sobre el final.
Un Dortmund superior en sensaciones, juego y resultado
Los primeros 45' se desarrollaron a favor del Borussia Dortmund, no solo por el resultado sino porque por momentos vimos un equipo plantado en campo rival, que manejó el ritmo del encuentro, que tuvo una buena circulación de lado a lado, mucha movilidad entre sus futbolistas de ataque y no permitió que el Lille pudiese generar situaciones de peligro. El golazo de Karim Adeyemi, el quinto que convierte en esta edición, hizo que el local crezca en confianza y juegue con más autoridad. Eso si, a esa buena circulación le faltó más profundidad y tomar mejores decisiones en el último pases (flojos partidos de Pascal Gross y Julian Brandt, claves en este aspecto). Por parte del conjunto francés, durante la primera etapa, se lo notó inconexo e impreciso en la zona de 3/4 y eso provocó que el equipo termine sin remates entre los tres palos.

Un muy flojo 2T del Dortmund y la mejora del Lille
La segunda parte fue muy diferente a la primera. El Dortmund no pudo y/o quiso tener la pelota. Un poco por mérito del rival, que creció en ese aspecto, y otro poco por la peligrosa postura que decidió tomar el equipo alemán. Resignó la pelota, decidió cuidar el resultado sin ella y se quedó sin la posibilidad de atacar. El conjunto de Génésio manejó el ritmo del partido, impuso sus condiciones, comenzó a amigarse con la pelota y a juntar pases. La notoria mejora supo trasladarla al resultado tras una gran acción de Jonathan David sacando de posición a Emre Can para generar el espacio por el cual se filtró Hákon Arnar Haraldsson para marcar el 1-1. Tras el empate el equipo de Kovac prácticamente no piso el área rival y estuvo más cerca de perderlo que de ganarlo. Un cabezazo desviado de David en el 89' pudo haber decretado el triunfo de los franceses, que al final terminaron con mejores sensaciones y con un resultado que le sienta bien teniendo en cuenta que cerraran la serie en casa.

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