Højlund, el objetivo del Milan

Tras una temporada en la que no lograron entrar en ninguna competición europea, el Milan quiere volver a ser un equipo competitivo, y para ello han ido con todo al mercado de fichajes, fichando a jugadores como Luka Modric, Ricci o Estupiñan. A esta lista de jugadores quieren sumar un delantero centro de garantías y parece que el jugador que más interesa es Rasmus Højlund.

Rasmus llegó hace dos temporadas al Manchester United con el objetivo de ser el 9 referencia de los que por aquel entonces eran entrenados por Ten Hag. En su primera temporada con los Red Devils, el danés marcó 10 goles en 30 partidos de Premier, sumando también 5 goles en 6 partidos de Champions, aunque las sensaciones no eran del todo buenas debido a la cantidad de ocasiones claras de gol que no transformaba.

En su segunda temporada con el Manchester se confirmó el desastre y es que tan solo marcó 4 goles en 32 partidos de Premier sin lograr dar ni una sola asistencia. Parece que Rasmus no ha llegado a demostrar el porqué se pagaron 75 millones de euros por el, pero es que lo cierto es que desde un principio esa cantidad parecía muy elevada.

Højlund marcó tan solo 9 goles en 32 partidos con la Atalanta el año en el que lo ficha el United, unas cifras muy poco destacables para el precio del traspaso. El Manchester confió en que esas cifras con la madurez del jugador irían mejorando pero por ahora eso no es así. El Milan buscaría que Rasmus encontrase su mejor versión en la liga en la que se dio a conocer como lo es la Serie A.

El problema que tiene aquí el Milán es la negociación, y es que el Manchester United e INEOS son duros negociando. Se ha visto con Antony y probablemente sea similar con Højlund, ya que no querrán perder dinero con la operación. Por su parte el Milán querría comenzar con una cesión del delantero y luego una opción de compra.

El Manchester podría ver bien la operación según la oferta, y es que con los fichajes de Cunha y Mbeumo hechos y una posible llegada de Benjamin Sesko, Højlund es un jugador del que Ruben Amorim puede prescindir si hace falta. Ahora todo está en manos de los clubes y el jugador.