Mestalla sonríe con el 2-0 al Athletic

Santamaría y Hugo Duro sellan la reacción tras el golpe en Barcelona

Santamaría celebrado el gol/ Ana Escobar

Desde el pitido inicial, el Athletic ha salido con las ideas claras: dominar la posesión, presionar en campo contrario y dejar pocas vías limpias al Valencia. Ha sido un vendaval ofensivo, con Sancet muy activo, combinaciones por dentro, apoyos rápidos, desdoblamientos en bandas… y al Valencia, sin respuesta coherente. La defensa local ha estado desajustada, muy expuesta, especialmente en las transiciones del Athletic, que no han desaprovechado los espacios.

El Valencia, por su parte, apenas asomaba: muchos balones largos, poco control del medio campo, escasa conexión con los delanteros, nervios en los pases. Además, pesaba muchísimo en el ambiente lo del último partido: la goleada 6-0 ante el Barça aún coleaba, y la afición lo hacía notar ya desde los primeros minutos. Cada pérdida, cada desajuste, cada falló táctico local se castigaba con silbidos. Era evidente que se esperaba otra actitud, otra intensidad. Mestalla ha estado exigente, ofendida por la imagen del Barça y con ganas de ver la reacción de sus jugadores.

El Athletic ha tenido un par de oportunidades claras, sobre todo con Sancet, y Agirrezabala, portero del Valencia, ha respondido muy bien en varias intervenciones, salvando lo que podía. Sin embargo, no llegó el gol, y eso le pesó mucho al Athletic al final.

La segunda parte ha empezado con cierta esperanza para Valencia, aunque sin cambios profundos en el guion. Athletic seguía monopolizando la pelota pero sin profundidad decisiva… hasta el minuto 61. Una acción sobre Santamaría provocó la intervención del VAR, y el árbitro revisó una falta de Dani Vivian como último hombre. Roja directa, expulsión, y el Athletic pierde un punto importante de su estructura defensiva.

Ese momento cambió el partido: Valencia, con uno más, empezó a creer, a presionar más arriba, a robar mejor, a generar superioridad numérica en zonas cruciales. Athletic se resintió, perdió algo de ritmo, de frescura, y empezó a encerrarse, a pensar más en no encajar que en reactivar su ataque. Valencia fue mejorando, pisando más área rival, combinando con más sentido, aunque sin que las ocasiones claras llegaran hasta bastante avanzado el segundo tiempo.

Finalmente el partido terminó con un resultado favorable para el conjunto local. Los goles de Baptiste Santamaría y Hugo Duro hicieron que todo el trabajo de la semana sea efectivo con un 2-0 en el marcador.