Victoria de los Geordies que se olvidan del batacazo del sábado ante el equipo Blue.
Terminó el carrusel de partidos que enfrentaban a Chelsea y Newcastle United en un periodo de cuatro días. Mientras que el primer duelo fue para los de Maresca, el segundo duelo acabó del lado de Eddie Howe, quien clasifica a su equipo a los cuartos de final de la EFL Cup.
Debido a la carga de partidos, ambos equipos salieron con jugadores menos habituales, aunque eso no prohibió que fuera un encuentro de alta intensidad. La primera mitad fue dominadora del Newcastle, pues salió con una presión alta y provocó que la defensa rival cometiera errores.
De los errores llegaron los goles, el primero, obra de Alexander Isak, quien aprovechó un fallo en el pase de Renato Veiga para empujar el esférico a la portería. Sólo unos minutos después, llegaría el segundo tras un centro de Isak dirigido a Joe Willock pero que finalmente la tocaría Disasi, por lo que sería en propia puerta.
La segunda mitad fue más de nadar y guardar la ropa. Un Newcastle con dos goles de ventaja en el marcador trataba de mantener la distancia y aunque el Chelsea no tuvo demasiadas ocasiones claras de gol, los defensores, especialmente Lloyd Kelly, impidieron que João Félix o Christopher Nkunku recortaran distancias.
En el tramo final, Sean Longstaff consiguió anotar lo que podría haber sido el tercero en el marcador, pero su posición estaba en fuera de juego, por lo que el juez de línea rápidamente levantó el banderín. Así como Osula quien estrelló un balón contra el travesaño de la portería de Jörgensen.
Este resultado también ayuda a olvidar la pasada edición cuando el Chelsea fue capaz de eliminar al Newcastle en cuartos de final tras llegar a la tanda de penaltis. En las próximas horas se sabrá cuál será el rival de los de Howe en unos nuevos cuartos de final de la EFL Cup.
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