Iuri Tabatadze, una carta de presentación inmejorable
- Iván Zamarreño
- 10 sept
- 1 Min. de lectura
El georgiano ha marcado tres goles en sus primeros minutos como cadista

Cuando un equipo ficha a un futbolista, se suele decir que este necesita un tiempo para adaptarse a su nuevo equipo, a la ciudad, a lo que le pide el entrenador.... Pero en Cádiz ha aparecido Iuri Tabatadze, un jugador al que todo esto le ha dado igual.
Su debut ante el Albacete fue la definición de llegar y besar el santo: entró al campo en el minuto 86 y lo dejó todo en cada balón. Tanto, que aprovechó un fallo de la defensa rival para marcar el 2-1 y darle la victoria a su nuevo equipo.
Pero esto no acaba aquí. En su segundo partido como cadista, ingresó al terreno de juego cuando el equipo perdía 3-1 ante el Sanse, filial de la Real Sociedad. En cuestión de dos minutos, Iuri transformó el partido con dos latigazos (uno con la zurda y el otro con la diestra), logrando una remontada que se antojaba imposible.
Cualquier otro hubiera sacado pecho, pero el georgiano parece estar hecho de otra pasta. Al hablar después del partido disputado en Anoeta, declaró que no estaba contento con su actuación y que esperaba jugar mejor en el siguiente partido.
Con un carisma especial, empezando por sus medias bajas amarillas, Tabatadze ya se ha ganado a la Tacita de Plata. Y es que ha demostrado dos cualidades que tanto el club como la afición buscaba en las nuevas incorporaciones: hambre y rendimiento inmediato.




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