River eliminado del Mundial de Clubes

Se terminó el sueño en Estados Unidos. River quedó afuera del Mundial de Clubes tras caer 2-0 ante Inter de Milán en la última fecha del grupo. Un resultado que duele y que deja en evidencia lo que fue la participación del equipo de Gallardo: una mezcla de rebeldía, limitaciones y decisiones que hoy se pagan caro.

River salió a jugar el partido como su historia lo manda, con presión alta, hombre a hombre en toda la cancha, y convicción. Durante los primeros 30 minutos fue más que el subcampeón de Europa, jugándole de igual a igual e incluso imponiéndose desde la actitud. Kranevitter ocupó bien los espacios, Acuña y Paulo Díaz mostraron jerarquía, y Gallardo planteó el partido con personalidad.

Pero todo se desmoronó tras los goles de Monterrey en el otro partido. A River le pegó anímicamente y se empezó a notar en el retroceso, en la pérdida de claridad, y en las ventajas defensivas. Inter, con más jerarquía y mejor funcionamiento colectivo, empezó a imponerse con claridad. El segundo tiempo fue un monólogo del equipo italiano.

La expulsión de Martínez Quarta, cuando River todavía peleaba por la clasificación, fue el quiebre definitivo. Una irresponsabilidad inaceptable en un contexto límite. Justo él, que había fallado un gol hecho contra Monterrey, volvió a quedar en la foto del derrumbe.

River no pudo sostener el partido en defensa ni tampoco bajarle el ritmo con la pelota. Lo terminó perdiendo cuando no supo jugar con inteligencia.

River se despide con sabor amargo. Porque con otra planificación, un mercado de pases serio y una pizca más de fortuna, este equipo podría haber estado entre los 16 mejores. No fue así. Sudamérica hoy solo compite con Brasil, y River vuelve a casa con una decepción gigante más.

Pero, dentro del golpe, queda un consuelo: el equipo no se achicó. Fue al frente, compitió, se plantó. Jugó como su historia exige. Solo que esta vez, como tantas otras últimamente… no alcanzó.